Ven, tengamos hijos originarios
como la volcánica lava del principio.
Nativos como la tierra
con la fuerza de los soles.
Tengamos hijos tempestades,
de piel Armenia y corazón Mesopotamia,
con la piel azul Orinóco,
hechos del barro virgen
de las altas mesetas del sur.
Hijos con la nariz como el
canto de los pájaros,
con los ojos mundo,
con orejas venado y leopardo.
Ven, hagamos la raza nueva,
la que borrará todo origen.
Ya no habrá comienzo
porque no habrá fin, caminaremos
en círculos sobre un planeta
nuevo que gire
gracias a nuestros pasos silenciosos.
Y el tiempo
pasará ante sus ojos como
la sombra iluminada que se
refleja en el hilo de las pequeñas
arañas brujería.
Ven, deja que el llanto y la risa
hagan nuevos hombres y mujeres
para la tierra que estamos por crear.
Que se pinten los cielos
con la sangre
vida que no se cansa.
Ven, hagamos hijos
con la lava originaria
de todos los planetas.
Que la tierra
germine en sus cejas,
que la tierra
descanse sobre ellos,
y los mares y los ríos
se deslicen por su espalda
portentosa.
Ven, hagamos los hijos
que el mundo espera desde siempre,
y que nadie
se queje por ello.
Cedhot Arias
31-07-2016
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