Hay en tus muslos de papel envejecido
caminos de piedra,
rincones de grama,
en donde mi cabeza y cuello;
mi cabello y mis ojos;
mis labios y lengua,
desean descansar de todo el tiempo
que - como un reloj de caballos locos de amor y de espanto-
se ha ido lejos donde ya nadie existe.
Sembrado entre tus piernas
como un eclipse total
el cristal de luna de mis ojos
la arena oscura de los tuyos.
Vuelvo al vientre pródigo
soy la simiente que tu alma madura.
Te invito a jugar en la prisión de la
que ni siquiera el alma escapa
Hazte un mar infinito en el pecho,
lentamente,
con las uñas… mientras yo,
polen de estrellas nocturnas
lloveré sobre ti incesantemente…
Por favor.
Cedhot Arias
12/05/2010
07:00 p.m.
Imagen tomada desde: http://www.artvarela.com.a r/?page_id=94
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Tus Palabras...