
Sobre la grama
estáticame miras caer en ti.
En el mundo
todo es silencio.
Una columna perfecta
de hormigas
nos recorre.
Nos comemos:
mordiscos de cereza,
lamentos de niña mala,
pequeños,
fraudulentos
griticos de placer,
aromas que emergen
de la tierra
de tus piernas y las mías.
Mientras
el universo gira
por el sendero estelar,
nuestras manos
agotan la tela
la piel
los espacios llenos
y vacíos.
Todos los vapores
se elevan sobre nuestros
ojos encendidos.
ya no se escucha nada
solo
el sendero que trazan
las hormigas
mientras
guardan nuestros cuerpos
bajo tierra...
Cedhot Arias
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