Oración / Por Cedhot Arias


 Del canto que naces día
de aquel canto 
viene tu húmeda lealtad
y al abrazo de los hijos
todos los cantos meces
día
como la voz de la piedad.

De donde nacen los primeros brillos
desde allá sin más
el llanto, tu llanto mujer de amor.
De donde el sol brilló
por vez última sobre la sudada
frente de Cristo
desde allá día, desde allá
mi enmudecida tristeza
mi enmudecida esperanza
mi clamor de siempre
mi Fe sin pan, sin Dios
sin ti.

Y me miras en otros
en su piel sin color
en el dorado tizne
en el amarillo firme
en el ocaso crisol
piel, tela, retazo del mundo.
Almohada esponja 
cálida pierna que con la noche
llegas
día
que te vas, sin mi.

Amen

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