Navío en tierra / Por Cedhot Arias


García Márquez lo soñó una vez
cerca de Aracataca;
entonces lo sembró
como un roble viejo y venoso
a pocos kilómetros, selva adentro,
en Macondo.

Eran los restos de aquel naufragio
tus costillas
mis costillas
y un cerro de hormigas
cargando nuestra piel dispersa
a plena luz del día.

Navío en tierra
costillar carbonizado
por el sol infinito,
madera hecha polvo,
un sinfín de serpientes ancestrales,
metálicas, atravesaron
como puñaladas el deseo insomne.
Eterno.

Sopla la brisa hecha girones
pedazos de tiempo yacen
aquí y allá. Una lluvia menuda
baña el cristal del día.

Desde estos escombros, te pienso.

Cedhot Arias
09/12/09

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