La tarde / Por Cedhot Arias


“Siento, luego, soy”
Cedhot Arias

La tarde está absolutamente desamparada
como cuando sopla la brisa
por entre las llamas de la fogata
y sólo aviva las brasas que se agitan de miedo
aquí y allá

la tarde está así
mansa y sola .
Como tú con los pies en el charco,
como tú desnuda hace rato,
con la maldición de las sombras
a cuestas;
la tarde es noche
cuando lloras
y es antorcha cuando gimes,
los espejos brillan
en los senos
y las lámparas se mecen al ritmo de un canto
y de otro
y desde ese lugar avistamos el ansia tardía.

La tarde es absolutamente larga sobre los celos
como cuando nos aquejan fuertes dolores sin nombre
y las costillas vibran al paso
de corrientes marinas
que ancestrales se empozan
en los pliegues del cielo de las cejas llorosas,
y el desamor no existe ni la soledad plena.

La tarde está así
como cuando caen por entre
los soles del mundo
la hipocresía
y los labios insomnes.

Cedhot Arias

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